miércoles, 14 de marzo de 2012

Cálculos con el Sextante.

¡Por fin he terminado mi trabajo sobre el sextante! La verdad, como ya expliqué, me ha llevado más de lo que pensaba. De hecho, si sigo, creo que podría haber escrito un libro entero.

Como no soy navegante, me encanta la navegación. Es una paradoja, lo sé, pero así son las cosas. Lo que he escrito es nada, algo muy básico y elemental, que no incluye la toma de estrellas u otros astros; sólo al Sol y esto para hallar de forma muy simple las coordenadas de latitud y longitud propias.

No me he metido ni en estimas de posición, ni en rectas de altura, ni en nada parecido: Sólo latitud y longitud geográficas. Para ello se necesitan: el horizonte rectilineo, unas tablas, que incluyo en el texto, un reloj que sea preciso y que pueda marcar la hora GMT (la de Greenwich) y como no, un sextante. Esa va a ser la parte más dificultosa, verdad. Pero claro, no se puede aprender a manejar un sextante si no se tiene uno a mano, del mismo modo que no se puede aprender a poner inyecciones con una cuchara.



De estos dos sextantes, uno es infinitamente mejor que otro. Yo tengo los dos. Si dices que el mejor es "el de arriba", te equivocarás. Muchísimo, además. Lo que son las cosas. El de arriba da errores de grados. El de abajo es de verdad. No es de lo mejor, pero en los botes de salvamento de los navíos de pasajeros y de carga, no es infrecuente encontrarlo.


Me ha movido más a poner el texto que adjunto la prisa porque estuviera disponible que otros factores. Lo he revisado, eso sí; pero por experiencia, sé que siempre se escapan cosas o que empezamos a hablar de cosas que uno comprende sin más, pero que sus lectores no tienen ninguna obligación de conocer y claro... por ahí se cae todo.

¿Por qué un sextante? Bueno, las coordenadas geográficas son algo realmente abstracto, ¿no es cierto? Como se recordará, en entradas anteriores hablaba de que la astronomía está llena de sus "trucos", de sus métodos propios -absolutamente científicos, por supuesto- para determinar cosas sin tener que "ir" a los sitios o para acceder a información detallada sobre sucesos que pasan en lugares muy distantes e inaccesibles.

Bueno, pues las coordenadas geográficas son paradigmáticas de esto. Están por toda la superficie de la Tierra, pero no "existen": son una convención. Son algo que nos permite ubicar lugares, destinos y rutas. Y podemos averiguarlas con bastante precisión, tan sólo mirando dónde está el Sol y cuándo está. Este es un ejemplo, muy somero, de como las ciencias del cielo hacen las cosas, de cómo vencen sus propias dificultades.

Lector, te animo a que leas paciente y tranquilamente el texto que aquí pongo. Ten paciencia una vez más y lee con tranquilidad: Se ha escrito para que sea comprensible.

El texto está en pdf. No me cabía aquí en otro formato, así que pongo el enlace hasta el lugar del que puedes descargarlo. Este es:

Cálculos con el Sextante (pdf)

Espero que te agrade, que te vaya bien con el y que puedas tener el mismo o más gozo que yo tuve al escribirlo.

R.

4 comentarios:

  1. Es un aporte valioso el de usted. El empleo del sextante no solo nos ubica geográficamente, sino nos permite la conciencia de regresar la mirada al firmamento para inquirir por el camino a seguir. La vida queda corta para maravillarnos de aquellos logros que desde los griegos y los árabes nos han permitido resolver los problemas de tiempo y espacio, gracias a las facultades que nos permitimos por ser imagen y semejanza de la Divinidad.
    Felicitaciones.

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  2. Muy ilustrativo, felicitaciones por tan excelente trabajo.

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  3. Me parece excelente el trabajo. Muy interesante. Creo que existen varias maneras de calcular posiciones no? Además mediante las alturas. Pero veo muy complejo ese sistema. Más sencillo el que explicas tú. Magnífico.

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